abuelos II

conocí a una abuela muy poco abuela. conversamos de diversos temas, desde su trabajo hasta lo que comía. esta abuela si era muy divertida. mientras me contaba de sus viajes por europa yo me preguntaba "que ganas de tener una abuela así como mujer en el futuro", osea ya casi me estaba enamorando de ella.

a la abuela le gustaba salir con sus amigas abuelas a comer tablas y tapas, y claro, acompañadas de algún trago, del gusto de mi hermana de veinticuatro años, pisco sour, tequila margarita, daiquiri o una cerveza kunstman negra. la abuela tenía un automovil no de abuelo, año 2006 y ya pensaba renovarlo. iba al spa para cuidar su cuerpo y le cargaba el salón de belleza. era un sueño subrrealista que me hacía confundir y reinventar mis planes de vida.

cuando ya casi dejo mi profesional postura y me disponía a incomodarla, le toqué un último y fatal tema, la familia. la veterana aún vivía con dos de sus tres hijos, y claro, con su esposo. un maratonista de casi setenta años. esto me hacía algo de lógica, una dama como ella no podía estar con un prototipo de anciano gastado y resignado a la vida. por lo cual volví a la tierra y todo se me ordenó.
contra un tipo como ese no tengo por donde, me dije.